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Una ministra entre paños menores

viernes 21 de junio de 2024

Mientras se van conociendo detalles terribles de las detenciones realizadas en cercanías del Congreso Nacional durante las manifestaciones de protesta contra las leyes que estaban por aprobar los senadores, las ministra de Seguridad de la Nación, responsable directa de esas detenciones y de las condiciones cercanas a la tortura a las que fueron sometidos los apresados, se muestra “mirando con agrado” a los detenidos semidesnudos de las cárceles de la República de El Salvador.

Mientras se iba sabiendo que muchos de los detenidos por las fuerzas de Bullrich son totalmente ajenos a los disturbios, la ministra entraba en éxtasis en El Salvador viendo en vivo a los detenidos, muchos de ellos brutales asesinos y muchos otros inocentes absolutos de cualquier crimen o infracción; y entre estos inocentes, varios políticos opositores; todos exhibidos en paños menores ante la señora Patricia.

En marzo de 2022, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, impuso un régimen de excepción para combatir a la delincuencia sin apego a las normas del derecho. En cuanto a la reducción de delitos y detenciones masivas de delincuentes, el plan parece haber sido muy exitoso: se logró bastante seguridad en las calles y hubo unos ochenta mil detenidos; con un “pequeño” problema: según datos de organizaciones tanto salvadoreñas como internacionales, de esos ochenta mil, cerca de treinta mil son inocentes, detenidos y encarcelados para impedirles su militancia cívica y mezclados en las cárceles con peligrosos criminales, sin derechos a defenderse.

También se informa que en estos dos años del “plan Bukele” se registraron cerca de 250 muertes en los centros de detención, entre ellos varios niños (sí, niños muertos en cárceles), víctimas de torturas y abusos brutales.

Como es de suponer, teniendo en cuenta que se trata de un régimen autoritario cuyo presidente parece querer perpetuarse en el poder, gran parte de los inocentes detenidos y de los muertos entre ellos, son, o eran, militantes políticos opositores al oficialismo. Se puede entender que los salvadoreños, después de años de estar sometidos a infames organizaciones criminales patoteras, que impunemente asaltaban y mataban a cualquiera en las calles, ahora estén dando un gran apoyo al presidente que con un plan de excepción hizo que el poder criminal se redujera muchísimo.

Ahora en El Salvador se puede caminar en las calles y vivir con cierta tranquilidad en cualquier pueblo. Esto es mucho y hay que entender a quienes por tener esa tranquilidad apoyan a un mandatario que atropelló y pretende seguir atropellando las normas jurídicas y las garantías constitucionales. Pero lo que no resulta aceptable es que políticos y gobernantes de otros países quieran copiar el “modelo Bukele” para el combate al crimen en sus patrias, sin primero advertir que con ello pueden poner en juego la vida, la libertad y los patrimonios de muchos inocentes compatriotas suyos.

Desgraciadamente, la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, anuncia que quiere aplicar en nuestro país el sistema salvadoreño, sin haber dicho ni media palabra sobre los treinta mil inocentes detenidos por Bukele, ni sobre las muertes en las cárceles salvadoreñas, y sin haber dado un solo paso para informarse al menos sobre algunos argentinos apresados allá y que serían inocentes.

Si Bullrich quiere realmente combatir a la criminalidad, ya hubiese comenzado por combatirla en serio en Argentina, con los suficientes esquemas legales aquí en vigencia, especialmente en Rosario o en las zonas metropolitanas donde el narcocrimen sigue actuando sin mayores problemas.

Quizá a esta ministra de Seguridad lo que más le interese sea el esquema de excepciones a los derechos humanos y jurídicos que se impuso en El Salvador. Como para ir preparando el camino a una perpetuidad en el poder de su líder con delirios imperiales.