Algo muy espantoso

Algo muy espantoso

viernes 28 de junio de 2024

Entre las sospechas y las hipótesis que surgen en torno a la desaparición de un nenito de cinco años en una localidad de la provincia de Corrientes, está siendo considerada la posibilidad de que se trate de un caso de tráfico de órganos. Y llama mucho la atención el hecho de que esa posibilidad sea comentada por muchos vecinos del lugar, como si -mas allá de lo que se va sabiendo o especulando en torno a esta desaparición- algo relacionado al tráfico de órganos hubiese ya desde antes en el ambiente, en los temores de la gente, en, quizá, lo que algunos pudieran conocer al respecto, o sospechar con suficientes motivos.

También algunos pobladores (la gente, sobre todo la gente simple y humilde, es memoriosa) han expresado su preocupación por muy extrañas palabras pronunciadas hace unos meses por el actual presidente de la Nación, cuando todavía era candidato. Una señora que participa en las marchas que vienen realizando los vecinos de distintos pueblos de Corrientes para reclamar investigaciones a fondo, recordó que Milei había dicho que se debía permitir la venta de órganos, y dijo: “Que venga ahora acá el presidente a dar la cara”.

Seguramente tiene mucha razón esta valiente correntina al señalar que algo tiene que aclarar el presidente sobre este terrible tema. Recordemos los dichos de Milei. Primero, durante una entrevista, dijo que la venta de órganos “es un mercado más y vos podrías pensarlo como un mercado”. Luego explicó que “una persona podría tener motivos para poner en venta un órgano”. ¿A qué motivos se refería? Lo aclaro él mismo y fue una aclaración terrible, una de las peores barbaridades que haya dicho jamás un político: “Un motivo que puede tener alguien para vender sus órganos es poder paliar su estado de pobreza”. Y ante el asombro y el espanto de quienes lo escuchaban, agregó: “Vamos a ponerlo en otros términos, si no le terminás comprando ese órgano, termina muriendo de hambre y ni siquiera tiene vida”. O sea que una manera de tratar de eliminar o disminuir la pobreza sería liberar la venta de órganos.

Se dice que cuando supieron de esas afirmaciones de Milei, los seres del mal saltaron de alegría y organizaron una festiva danza macabra; y ni que hablar de la alegría de los traficantes. Porque si bien en esa oportunidad Milei ejemplificó con casos de una persona que decida donar un órgano suyo, en realidad, él mismo lo dejó en claro, estaba hablando del “mercado de órganos”, algo en lo que, como en todo mercado, se meten siempre los operadores de las distintos eslabones de la cadena de la industria que sea, inevitablemente.

Ante el espanto que se generó en todo el país, la por entonces ya nominada canciller del futuro gobierno de Milei, la economista Diana Mondino, salió en defensa de su líder y aclaró que al difundirse tales expresiones de Milei hubo “un error muy grande de transcripción”. Y explicó: “De lo que se habló fue de mercado de órganos, que es algo radicalmente distinto que la venta de órganos”.

Fantasiosa explicación, y sumamente preocupante, porque si en el entorno de Milei no tuvieron mejor manera de explicarlo quiere decir que lo que él dijo es nomás lo que él dijo, que conviene liberar la venta de órganos, abrir el mercado para eso. Además, Mondino afirmó que lo propuesto no era “venta” de órganos sino “mercado de órganos”. Entonces, ¿cómo, según Milei, el pobre vendedor de un órgano conseguiría con esa transacción dinero para no “morirse de hambre”? A todas luces, Milei habló de dinero a cambio de un órgano, o sea: venta, o compra-venta considerando las dos partes. Mercado, en síntesis.

En cambio fue acertado el comentario que al respecto hizo Patricia Bullrich (claro que en aquel momento ella no era todavía parte del entorno mileinista); comentando lo dicho por el entonces candidato a presidente. La hoy ministra de Seguridad en el gabinete de ese mismo señor, dijo que el tráfico de órganos “es uno de los delitos más codiciados en el mundo criminal”. ¿Qué andarán codiciando, entonces, algunos que transitan (viene decir “trafican”) en las sombras del poder? Por lo pronto, ya podemos saber cuál es un plan del actual poder presidencial para que los pobres no se “mueran de hambre”: que vendan sus órganos. Un espanto.

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