Un extraño fenómeno se produjo alrededor de las 19:00 de ayer en el este del firmamento posadeño, donde se combinaron varios factores climáticos y cromáticos.
A esa hora, sobre parte de la ciudad se cernían negros nubarrones amenazantes de lluvia pero, curiosamente, sobre los edificios más altos de Posadas el sol dejaba su impronta, alumbrando las paredes y contornos de los mismos produciendo un contraste pocas veces visto, un claroscuro pintado por la naturaleza solamente como ella puede hacerlo. Por otra parte, al mismo tiempo, en dirección al puente internacional “San Roque González de Santa Cruz”, se formó un hermoso arco iris con el que natura puso el broche de oro al singular atardecer. Minutos después de las 19:20 las sombras fueron ganado la ciudad, pero quedaron en las retinas de los privilegiados que observaron el fenómeno el regalo cromático brindado a los posadeños y pintado por una mano invisible, pero maestra.
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