Un tailandés de 50 años intentó agrandar su pene inyectándose aceite de oliva en el miembro.
El experimento devino en una terrible infección, por lo que los médicos debieron extirpar sus genitales. A raíz de este suceso, el ministerio de Salud de Tailandia ha alertado sobre esta práctica que se ha hecho muy habitual pero no aprobada en el país asiático. El hombre había utilizado un método no probado de infiltración tras seguir los consejos de sus amigos, que le aseguraron que con este sistema su pene se haría más grande. La práctica, que también puede implicar incluso parafina, silicona o cera de abeja, es común en Tailandia. Un hospital de Bangkok informó que recientemente unos 40 pacientes recibieron tratamiento debido a los efectos secundarios que causan este tipo de "terapias".
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