Tras las declaraciones del gobernador Maurice Closs de que no sería jurídicamente necesario el plebiscito por la represa de Panambí-Garabí, afectados y ambientalistas aseguraron que no lo permitirán.
El ambientalista Eduardo Basso del Pont dio detalles sobre el impacto negativo de las represas: “se envenenan las aguas”, afirmó. Dijo que el desarrollo que plantea Closs no es el mismo que busca la ecología y aseguró que los grupos ambientalistas no permitirán que se sigan construyendo represas sin la consulta popular.
Por su parte, una vecina de Puerto Azara manifestó la preocupación latente entre los habitantes de esa zona por la desaparición de las tierras que provocaría la construcción de la represa. “¿Vale la pena dañar para siempre la provincia solamente por 20 años de energía?”, preguntó crudamente.
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