CANDIDATURAS: FUERA DE CRISTINA Y MACRI HAY POCA VIDA

Dom 30/06/2019 | Archivo

Se acabaron los plazos electorales para la presentación de candidaturas. Ya está todo dicho, aunque resten algunas menores disputas legales. Cristina y Macri, ambos corridos a un “centro político”, siguen siendo dueños de sus respectivos espacios. Los negocios del titular de la tercera fortuna del mundo. El llamado “Acuerdo del Siglo” o su otra cara: la desaparición de la Palestina libre
Cristina y Mauricio Macri se venían corriendo al “centro” político, desde una posición social-demócrata, la primera; desde definiciones claramente reaccionarias, el segundo. Muchos imaginaron que esa mayor moderación, de tipo ideológico, vendría acompañada de una amplitud en su forma de acción política. Eso quería decir “menos dedo” y mayores acuerdos o consensos. Pero no. En ese sentido todo siguió semejante a lo que venía siendo. Cristina utilizando a La Cámpora -guiada por su hijo Máximo- siguió definiendo las principales candidaturas del espacio de “los Fernández”; Macri, con la batuta de Marcos Peña, hizo lo propio en el suyo. No son pocos los que se siguen lamiendo las heridas, ellos no tienen mayores alternativas. Todos eran consientes que fuera de Cristina y Macri había pocas expectativas de vida, en el juego electoral. Los que imaginaron que la “nueva Cristina” iba a resignar su poder para darle mayor amplitud se equivocaron feo. Cristina tiene dicho públicamente y desde hace algunos años que sólo confía en su familia. Una cosa es incorporar dirigentes para darle, como ella imagina, mayor gobernabilidad a su futuro gobierno. Otra muy distinta es compartir el poder. Cristina considera que reincorporaciones como la de Alberto Fernández, respecto de cuya eficacia tenía cierta nostalgia, y Sergio Massa, a quien desprecia visceralmente, le amplían el espacio y le dan mejor llegada a sitios importantes como los organismos financieros internacionales y EE.UU. En la otra punta, un Macri acorralado por encuestas desfavorables y un poder económico -nacional e internacional- que lo estaba abandonando, dio un golpe de timón e incorporó a un hábil negociador de la derecha peronista a su fórmula. Pero tampoco está dispuesto a compartir el espacio con dirigentes de cuya lealtad tiene dudas. Esto es particularmente importante en momentos en que tiene que preparar su fuerza para un futuro que lo puede depositar en el llano y con los riesgos penales que ha sabido construir. UN FUTURO CON NOMBRES PLAGADOS DE DUDAS Vistos estos cierres no es inútil reflexionar sobre el futuro de los personajes más significativos y sus perspectivas en los próximos tiempos, si la situación no se desbarranca y continúa evolucionando dentro de estas mismas tendencias. Cristina, continúa siendo la figura central de la política argentina. Si gana, es probable que, con nulidades procesales, cambios en la Suprema Corte y decisiones políticas pueda alejarse de las actuales acusaciones de corrupción. Éstas van perdiendo entidad frente a los dolores masivos de la vida cotidiana. “Dueña” del Senado, junto con la capacidad de movilización de La Cámpora, hará sentir su influencia en las decisiones centrales “mostrando los dientes” frente a posiciones del gobierno con las que no concuerde. El cansancio de los años, el desgaste del gobierno y la situación de su hija harán que vaya derivando su poder hacia su natural y lógico heredero: Máximo. Máximo, recogerá el legado familiar y tiene todas las posibilidades de constituirse en la figura más importante del espacio. Su madre le irá entregando las llaves del mismo y La Cámpora puede ser el transporte que lo deposite en La Rosada en el 2023, gane o pierda en octubre. Ya demostró su capacidad de manejar la lapicera, según los designios de su madre. No titubeó en reducir el bloque de diputados de La Cámpora de los 24 actuales a 17 posibles, pero en compensación subiría de 2 a 7 senadores el bloque que responderá a su política y que le darán resguardo a su madre en el Senado, siendo claves en los pedidos de desafuero y las designaciones en el polémico sistema judicial. Alberto Fernández, por su propia historia política y las presiones que recibirá es muy difícil que no choque con Cristina. Esa será una de las claves más probables del próximo período. Si llega a la presidencia, difícilmente salga indemne de ese problema. Sus posibilidades de aspirar a una reelección son bastante menores. Sobre Sergio Massa nada asegura que el sillón de la presidencia de la Cámara de Diputados sea su asiento inmediato o futuro. Sus “jueguitos” hicieron que, a pesar de su juventud, pocas cartas queden en su mazo. Pero ya debe estar imaginando su futuro, confrontando con Cristina y defendiendo al eventual Presidente peronista, para preparar su alternancia, en el momento del ocaso. Por el lado del macrismo resalta la figura del Presidente. En el caso de un dudoso triunfo electoral lo espera la difícil tarea de evitar el estallido de una sociedad que contribuyó a desorganizar y debilitar. Sus antecedentes indican que -en el supuesto de una victoria- no será nada fácil que pueda llevar a buen puerto ese objetivo. Con esa perspectiva los sueños de Marcos Peña y Horacio Rodríguez Larreta, de disputar la continuidad presidencial de Cambiemos, parecen muy lejanos. Para el caso de una derrota macrista, no es imaginable la continuidad política del liderazgo de Macri a la cabeza efectiva de la fuerza que construyó y que muy probablemente se diluya. El objetivo mayor de lo que quede será resistir a las demandas de una Justicia que tendrá a Macri y sus funcionarios en la mira. El hecho que todas las personas mencionadas -con posibilidades de un fuerte protagonismo futuro- provengan de espacios porteños o bonaerenses habla de la debilidad del país federal. Desde lo institucional, esa situación está insinuando una rebeldía. Ella comenzó a manifestarse en las “listas cortas”, sin ataduras formales con “fuerzas nacionales” demasiado ganadas por los intereses portuarios. Ellas pertenecen a fuerzas triunfantes en 6 provincias que apelarán a ese mecanismo al participar en las próximas elecciones. La otra limitación, a todo lo manifestado, es si la sociedad aceptará pasivamente la continuidad de un gobierno como el actual o si tolerará negociaciones con el FMI que la sigan condenando a la miseria, el sufrimiento y la injusticia. En este último aspecto serán el pueblo y sus organizaciones quienes tienen la última palabra. LOS NEGOCIOS DEL TITULAR DE LA 3° FORTUNA DEL MUNDO El “Índice de Multimillonarios de Bloomberg”, mide diariamente la evolución de las grandes fortunas mundiales. Bloomberg es una empresa estadounidense de servicios financieros, presidida por el millonario Michael Bloomber, quien fuera alcalde de Nueva York entre 2002 al 2013. En estos días dio una llamativa información acerca de esa evolución. Al exclusivo club de los 2 tradicionales ricos, cuyas fortunas superaban los 100 mil millones de dólares (Jeff Bezos -de Amazon- y Bill Gates -de Microsof-), había que agregarle un tercero. Se trata Bernard Arnault, un francés que había intentado tener la ciudadanía belga, cuya fortuna alcanzó 100.400 millones de dólares, esa riqueza muestran un inusual crecimiento de 32 mil millones en el último año. Se trata del dueño de LVMH, un conglomerado de empresas de artículos de lujo, con más de 70 marcas entre las cuales se destacan algunas como Louis Vuitton, la empresa dedicada a la marroquinería de lujo; o los fabricantes del exclusivo champagne Dom Pérignon o los famosos relojes Tag Heuer. Ese crecimiento desorbitado se debe a dos fenómenos complementarios: La incontenible concentración de la economía, lo que hace crecer la capacidad de compra de artículos suntuarios de los ricos cada vez más ricos y la incorporación, a ese tipo de consumo, de los nuevos y ultra ricos de China. El brutal enriquecimiento de Arnault tiene dos expresiones que son paradójicas pero complementarias: Su riqueza supera el 3% de la economía de Francia, un país que ha ingresado en una etapa de constantes movilizaciones de protesta, protagonizadas por los “chalecos amarillos”, en contra de la creciente desigualdad que afecta a esa sociedad. “EL ACUERDO DEL SIGLO” O LA DESAPARICIÓN DE PALESTINA Acaba de culminar el foro “La Paz para la Prosperidad” realizado en Manama, capital del Reino de Bahrein, un archipiélago petrolero del Golfo Pérsico, de apenas 760 Km2 en el que habita menos de 1 millón y medio de personas, base de la V Flota de EE.UU. y vecino de Arabia Saudita y Catar. Irán también tiene reclamos de soberanía sobre islas de ese Reino. Fue allí donde Jared Kushner, asesor de la Casa Blanca y yerno del presidente Donald Trump, llevó una inédita propuesta para resolver los conflictos en la región. Ese Plan sería avalado por unos 50 mil millones de dólares destinados a diferentes obras que permitirían sostener el “Acuerdo del Siglo” que -según apreciaciones de Trump- pondría fin al extendido conflicto entre los países de la región, particularmente entre Israel y Palestina. En dicha Conferencia participaron -además de EEUU y los anfitriones- Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos; también lo hicieron con delegaciones de segundo nivel: Egipto, Jordania y Marruecos. No estaban presentes ninguno de los 2 países más involucrados: Israel y Palestina. La presencia del primero era innecesaria porque la propuesta ya había sido acordada con quien la presentaba y el Estado Palestino mejor que no opinara porque era la víctima de tal “Acuerdo”. Líbano, directamente involucrado, tampoco asistió. Kushner, quien es considerado como la persona de mayor poder -después de Trump- en EE.UU., pronunció un discurso sin desperdicio. Mostró un mapa de la región omitiendo los límites fronterizos. Allí desfilaron proyectos en materia de infraestructura, tecnología, educación y energía, para toda la región, sin las fronteras hoy existentes. Aparecen claros los dos objetivos de dicho “Acuerdo”: Diluir los reclamos palestinos en una región dependiente de los proyectos propuestos. Al mismo tiempo Israel quedaría incorporado a ese “mundo árabe”, resolviéndose un conflicto milenario con una integración al gusto y medida de norteamericanos y sionistas. Ese Plan que abarca los territorios de Egipto, Israel, Jordania, Líbano y los territorios palestinos, supone 179 proyectos económicos cuyo financiamiento se distribuiría territorialmente del siguiente modo: Unos 28 mil millones para los territorios que hoy son Palestina e Israel. Otros 7.500 millones para Jordania; 9 mil millones para Egipto y 6 mil para Líbano. El yerno de Trump desplegó la idea que la solución política de este largo conflicto vendría de la mano de las soluciones económicas. En un sentido opuesto se expresaron la mayor parte de los involucrados y participantes -incluida Cristina Lagarde, Directora Gerente del FM. Lagarde planteó que un acuerdo de paz es la pieza que le falta a la propuesta elaborada por Kushner. Tal propuesta, respecto de Palestina es un claro chantaje, se ofrece dinero a cambio de la renuncia a sus derechos, que los refugiados dejen de reclamar por la vuelta a su tierra, que se legitimen las ocupaciones y asentamientos ilegales. Los palestinos, desde su territorio y fuera de él, se han manifestado abiertamente en contra de la propuesta formulada en Bahrein. Las distintas expresiones de la resistencia, por encima de históricas diferencias están coordinando respuestas para enfrentarse a esta nueva situación que evalúan como la más peligrosa de los últimos tiempos. Hay una coincidencia general en el sentido que “los palestinos no venden sus derechos a cambio de dinero”.

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