LA REALIDAD VIENE MARCHANDO Y ¡BOMBAZOS! DE CRISTINA

Dom 19/05/2019 | Archivo

No quedan dudas que la realidad termina aflorando, aunque las respuestas no siempre sean las más adecuadas. El fin del macrismo parece inexorable y el kirchnerismo, bajo diversas formas intenta seguir avanzando. Comienzan diferentes reacomodamientos. La Justicia se lava la cara. Cristina volvió al PJ y se hizo dueña del mismo. El peronismo federal, envuelto en sus confusiones, no sabe cómo aprovechar la victoria cordobesa
Desde hace tiempo la mayor parte de la sociedad rompió su contrato de apoyo al macrismo. Pero éste, endulzado por las ventajas y privilegios del poder, pareció no darse cuenta y decidió seguir. El sistema de poder interno y gran parte del internacional empezó a preocuparse. El macrismo había cumplido, con creces, los objetivos de esos sectores. La destrucción de la economía, la pérdida de derechos por parte de los sectores populares y un impagable endeudamiento son símbolos de esa tarea. El macrismo simuló no advertir que para consolidar lo logrado era necesario lograr nuevos consensos. Ello no formaba parte de su agenda. Muchos de sus “amigos” se fueron yendo, el gobierno fue perdiendo solidaridades y apoyos. En la sociedad comenzó a desplegarse la idea que, si no se reconstruían nuevos acuerdos, todo lo hecho podía volar por los aires. El pueblo, harto de tantos maltratos, podría llegar a hacerlo. Siete consecutivas derrotas electorales (Chubut, Entre Ríos, La Pampa, Neuquén, Río Negro, San Juan, Santa Fe) presagiaban que la elección de Córdoba tendría efectos mayores. Allí se dio la octava y aplastante derrota y el inicio de los aprestos finales para las elecciones definitivas. Sus efectos se hacen sentir. El fin del macrismo está en todas las bocas y la posibilidad de un triunfo del kirchnerismo sigue creciendo. Hoy se vota a gobernador en La Pampa, una muy probable derrota del macrismo consolidaría la actual tendencia. Pero ella se daría con una diferencia, el festejo no sería del peronismo federal, sino del kirchnerismo. Con la economía deshecha, los dolores y angustias colectivos siguen en la calle pero mirando con nuevas esperanzas ese futuro. La dirigencia política -demasiado acostumbrada a conversar solo entre ellos- se siente en su salsa, porque la comunidad -después de los disparates que vienen haciendo- vuelve a poner la mirar en esa dirigencia, como dándole una nueva oportunidad, en medio de la actual crisis que es cada vez más profunda y extendida. LA JUSTICIA SE ACOMODA A LOS NUEVOS TIEMPOS Es sabido que la Justicia no siempre es justa. Por el rabo del ojo espía para ver por dónde anda el poder de turno. La tontería macrista de quedarse con la presidencia de la Suprema Corte, al precio de contribuir a construir una mayoría influenciables por el peronismo, le está resultando fatal. Con esos antecedentes esta Suprema Corte ha decidido intervenir en una cuestión muy sensible. Lo hace en un tema central para el gobierno de Macri: “La Grieta”. La misma que está basada en la acusación y persecución al kirchnerismo fundada en hechos de corrupción. Todo había sido milimétricamente calculado. Cristina estaría sentada en el banquillo de los acusados, junto a impresentables como José López, Lázaro Báez, entre otros. Ello sería escrupulosamente recogido por la TV. Ésa era el arma letal del macrismo para la campaña electoral. La misma Justicia que nada hizo cuando los Kirchner gobernaban, que abrió causas por doquier cuando dejaron el gobierno, ahora pidió los 50 cuerpos de la causa por corrupción en las obras públicas, que esta semana deben ingresar a la fase del juicio oral. El argumento de la Corte: Revisar si no hay motivos para 9 nulidades planteadas y evitar -si alguna de esas nulidades fuera reconocida- un juicio improcedente. Está claro que los olores de la perspectiva de un nuevo poder conmovieron a los miembros del máximo tribunal. Aunque, a ciencia cierta nadie sabe sobre el futuro de esta y otras causas. Después de varios dimes y diretes el Tribunal Oral Federal N° 2 (TOF N° 2) - interviniente en este caso- y la Suprema Corte aclararon que el juicio se iniciaría el próximo martes, tal como estaba previsto. Lo concreto es que la situación varía por horas y Cristina ha logrado su objetivo de mínima, el tema de la nulidad ya está instalado. Habrá dos trámites paralelos. En uno de ellos, en el TOF 2, se debatirá en juicio oral las incidencias del trámite principal y en el otro, en la Suprema Corte, se discutirá sobre las eventuales nulidades solicitadas. La evolución de uno y otro muy probablemente se resuelvan en la sociedad y los votos, más que en el trámite legal. Otra discusión aparte es el show periodístico. El gobierno lo quiere con todos los acusados presentes bajo las luces televisivas. El kirchnerismo, si no lo puede parar, tratará que sea con la menor exposición posible de su candidata. Es norma de los procesos penales que los acusados estén presentes -sí o sí- al inicio y en el momento de la sentencia. En el fuero federal de Comodoro Py la obligatoriedad de la presencia de los acusados en las otras audiencias se rige por criterios más flexibles. Es obvio que el objetivo de máxima del kirchnerismo es el cierre definitivo de esta causa, eso puede estar lejos, a la misma distancia que se encuentra su eventual victoria electoral. En el medio hay un montón de variables, de acuerdo al desarrollo de los acontecimientos. En cuanto a la justicia de la acusación o la absolución, eso es otra cosa y de eso este sistema judicial se ocupa poco y nada... ALBERTO F. CANDIDATO: CRISTINA ARRIESGA MUCHO Cristina movió el avispero con su anuncio, del sábado a la mañana, decidiendo que el candidato a la presidencia, por su espacio, sería de Alberto Fernández (AF) y que ella lo acompañaría como candidata a vice. Es imposible saber si ésa es “la jugada” o si aún faltan otros detalles para descubrir la “segunda jugada”, como las que suele preparar Marcelo Bielsa. Como no hay razones para no creerle a Cristina se puede decir que ella arriesga mucho. Más allá de las palabras –convocantes a la unidad y el patriotismo- no está clara la razón de las mismas y las causas no invocadas solo el tiempo podrá develarlas. Yendo a lo planteado, no es fácil imaginar a AF como continuador de sus 8 años de gobierno; tampoco asegura que ello fortalezca la unidad de un peronismo preocupado por la reminiscencia de esta jugada con aquella de “Cámpora al Gobierno, Perón al Poder”; por último tampoco asegura la victoria, porque votando a Cristina se sabía lo que se votaba, cosa que no acontece haciéndolo por AF y mucho menos cuando la ex presidenta sea su Vice. Tampoco está claro que los aportes electorales de AF, protagonista de fuertes virajes políticos, compensen los votos que pierda Cristina con esta decisión. Pero no fue la única decisión importante de Cristina en esta semana. El martes pasado Cristina volvió a atravesar las puertas de Matheu 130 de la Capital Federal, sede del PJ Nacional. Luego de años de ausencia y variadas diatribas en el medio, volvió “invitada” por José Luis Gioja, su Presidente. ¡Vino, habló y se fue! Su discurso estuvo en el tono del pronunciado en la Feria del Libro. Acordar un nuevo “Contrato Social de Responsabilidad Ciudadana” y construir un Frente que abarquen a un conjunto de fuerzas que aseguren la victoria. Más allá de las palabras el valor superior fue el hecho simbólico de volver a ese lugar y dejar sentada la advertencia que si alguien se le quiere oponer dentro del PJ tendrá que vérselas con ella. De ese modo y con ese gesto le cerró las puertas a los PJ federales de hacerse los distraídos. Estarán con ella o contra ella, los que decidan mantener vivo fuera de la unidad, al espacio del peronismo federal. Fue una jugada clara y rotunda que aprovechó su conducción centralizada para sentar esa posición y adelantarse a los trabajosos debates que tendrá la semana próxima el peronismo federal para encontrar -si puede- criterios comunes. SE VOTÓ EN CÓRDOBA: EN CUÁL?: “LA HEROICA”, “LA ARREPENTIDA”, “LA DEL CORDOBAZO”, LA ACTUAL? En Córdoba hubo elecciones el domingo pasado, se votó para elegir gobernador, legisladores provinciales y gran parte de sus autoridades municipales. Sus resultados fueron los esperados e impactaron fuertemente sobre el panorama nacional y dejaron mucha tela para cortar. Ello fue así y más allá de los dichos del gobernador electo, en el sentido que “los de afuera son de palo”, su influencia ya se está observando y ese comentario de Juan Schiaretti es la más clara expresión del cordobesismo que encierran y que forma parte de nuestra cultura histórica. Frente a un Estado-Nación construido sobre el puerto, Córdoba desborda el encierro que le da su geografía mediterránea. Esa contradicción nunca fue resuelta y constituye una de sus principales características. Tal vez sea por eso que nunca pudo capitanear el país federal con el que siempre se quiso identificar. Sede de la primera universidad en las tierras de lo que es hoy nuestra Patria y protagonista excluyente de la Reforma Universitaria que se expandió por todo el continente, Córdoba siente que esos hechos y su historia no han tenido el suficiente reconocimiento por parte de la sociedad y el país que la contiene. Varios acontecimientos que conmovieron a la Argentina tuvieron a Córdoba como protagonista indudable, sin embargo nunca pudo transformar ese protagonismo en un consolidado liderazgo. Es posible que esa característica la vincule a las notables contradicciones sociales, políticas e ideológicas que le tocó promover, encabezar o simbolizar. Hubo una Córdoba, autorreferenciada como “La Heroica”, que -vanguardizada por sectores liberales y de la Iglesia y las Fuerzas Armadas- apañó y vio nacer al Golpe contra Perón en 1955. Tiempo después se la conoció como “La Arrepentida” dolida por los padecimientos del pueblo humilde que desataron las proscripciones gorilas y las nefastas políticas que impuso aquel Golpe de Estado. Años más tarde, cuando la lucha social se extendió por toda la geografía nacional, el “Cordobazo” -del cual estamos transitando el medio siglo de distancia- marcó su hecho cumbre y dejó su nombre para la historia de aquellas luchas de jóvenes trabajadores y estudiantes. El golpe de 1976 y la nefasta tarea del General Benjamín Menéndez ahogaron en sangre aquellos sueños. Esa acción siniestra fue adelantada por el “Navarrazo” donde un Jefe de Policía derrocó al gobierno popular encabezado por Ricardo Obregón Cano, mientras que su vice gobernador -Atilio López- fue asesinado por la “Triple A”. Ahora -a décadas de aquellos acontecimientos- Juan Schiaretti, al frente de un peronismo moderado, arrasó en las recientes elecciones, transformándose en el principal referente del peronismo federal. Los resultados de Córdoba ratificaron las 4 características de estos tiempos electorales: Las ventajas del peronismo unido; la debacle del macrismo; la importancia que tiene el peronismo federal en el interior y la permanencia de la figura de Cristina, como el nombre casi excluyente para encabezar la fórmula presidencial, a pesar de no ser reconocida por ese peronismo federal. Mientras Schiaretti saboreaba las mieles del triunfo y se planteaba esperar una semana para que decante esa victoria, el cristinismo tenía una respuesta para absorber y amortiguar esa victoria de los federales. Volvió a la sede porteña del PJ y allí se hizo rodear por una Comisión Política del mismo y logró que su campo de influencia se fortalezca. Ahora la proyección nacional del “cordobesismo” se encuentra con una severa dificultad, los caudillos del interior -aferrados al control de sus territorios- temen que la vorágine del cristinismo, ahora absorbiendo también al PJ, ponga en riesgo su futuro. No será sencillo que Schiaretti logre unificar a esas voluntades dispersas. Ese peronismo tendrá que superar dos grandes desafíos si quiere alcanzar su objetivo de derrotar a Macri en la primera vuelta, para competir con Fernández/Fernández en la segunda. Esas apuestas son: Primero, mantener en sus filas a Sergio Massa, muy requerido por Alberto Fernández el gran “armador” del cristinismo, mentor del intento de una recuperación de los vínculos del kirchnerismo con Clarín, con la potencia del Norte y lobbista –junto con “Wado” de Pedro- ante el desquiciado poder judicial; segundo, lograr que ese concierto de egos y estrategias pueda resolverse en una candidatura única o en unas PASO que Roberto Lavagna acepte. Si consigue reunir esas dos condiciones podrá aspirar –aunque con dificultades- con llegar a la segunda vuelta, dejando a Macri en el camino. Si falla alguna de ellas queda abierto el camino para un triunfo de la fórmula auspiciada por Cristina, en la primera vuelta.

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