GUARDIA COMUNITARIA EN CHACO: EXCEPCIÓN O PRINCIPIO

Dom 17/03/2019 | Archivo

Los wichis, un pueblo originario, han creado un inédito sistema de guardias comunitarios en la zona chaqueña de El Impenetrable. Lo han hecho al amparo de una Ordenanza Municipal. Hay dudas si es una excepción ante el abandono del Estado o el inicio de algo distinto. En las elecciones de Neuquén hocicaron las fuerzas nacionales. La crisis de Cambiemos abre diferentes caminos: Uno, el lógico; impredecibles, los otros.
Allá, en el norte chaqueño -sobre el Río Teuco- cerca de los límites fronterizos con Salta y Formosa, está El Sauzalito. Son apenas 2 mil pobladores, mayoritariamente wichis ganados por el hambre y el mal de Chagas. Decirles pobres es faltar a la verdad, por ser una categoría que no explica su realidad que parece extraída de aquel verso de Atahualpa Yupanqui: “Dios por aquí no pasó”. Para este Estado son una carga, porque hay pocos votos, muchas necesidades y obstaculizan la explotación capitalista de la zona. Allí la comunidad wichi ha puesto de pie las “Guardias Comunitarias” que han merecido –en los últimos días- muchos comentarios periodísticos y temores en funcionarios estatales. Hay dudas si se trata de algo excepcional o es el parto de una nueva realidad, ante la descomposición del actual sistema estatal. Todo eso ocurre en el corazón de El Impenetrable, un bosque nativo que abarcaba unos 40 mil kilómetros cuadrados dentro de las provincias del Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Salta, allí residen 55 mil wichis, que los blancos denominaron matacos. De todas esas provincias, Chaco es la que más deforestó en los últimos años. Allí fueron devastadas miles y miles de hectáreas, más de la mitad de las cuales se corresponden a áreas protegidas por la Ley de Bosques (Ley 26.331) Buscando maderas (quebracho, algarrobo o palo santo) o tierras para el cultivo de la soja se fue modificando el hábitat, quitándole a las poblaciones originales toda posibilidad de subsistencia. En la búsqueda de mayores ganancias individuales de sus amigos, la Provincia fue recategorizando las áreas protegidas por aquella Ley, aunque eso fuera destruyendo la vida de las poblaciones originarias. Esa corrupción estatal hizo posible que, como lo certifica la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), nuestro país sea uno de los 10 que más desmontaron entre 1990 y 2015. Hace menos de un año tomó estado público la denuncia sobre uno de esos desmontes. Ese hecho se produjo en una zona ubicada a 15 kilómetros del mencionado Sauzalito y se concretó en tierras fiscales bajo la mirada cómplice de las autoridades provinciales, encargadas del control. LA GUARDIA COMUNITARIA Y EL DEBATE EN EL IMPENETRABLE Unas 160 personas están organizadas, en áreas de El Sauzalito como integrantes de una “Guardia Comunitaria”. En Nueva Pompeya, hay otras 180. Portan armas y una parte de tales “guardias” viste ropas de combate. Los indígenas invocan su derecho a la autodefensa en la existencia de la Ordenanza N° 952 del 2 de noviembre de 2018 del Concejo Deliberante del Municipio de El Sauzalito que declaró de interés municipal y aprobó la existencia de una “Guardia Comunitaria y Cuerpo de Bomberos del Pueblo Wichi”, en distintos pueblos de ese Municipio (El Sauzalito, Wichi El Pintado, Sauzal, El Vizcacheral, Tres Pozos, El Tartagal, Cevilar y Fortín Belgrano) Sostienen que lo hacen en territorio propio por tratarse de tierras que les fueron reconocidas por el gobierno y que sus objetivos, ante el abandono por parte del Estado, es para “proveer de seguridad en el territorio que ocupan… evitar la entrada y tránsito de drogas… evitar el saqueo de sus recursos”. Sostienen que los uniformes los compraron en la frontera con Bolivia y que los rifles (algunos aclararon que son de aire comprimido) sirven para defenderse de los animales. Dicen: “Queremos articular nuestra organización con el Estado, pero nunca lo hemos podido hacer. Si no levantamos la voz no nos escuchan… nos pisotean; hay desmonte, se llevan la madera, los pescados, todo lo que tenemos... queremos que se nos respete como pueblos originarios y que se nos escuche. Por eso nos organizamos para defendernos” sostiene uno de sus voceros. Gendarmería salió a defenderse ante la afirmación hecha por el mismo vocero que denunció el creciente ingreso de drogas, “que envenena a nuestra juventud”, desde Formosa y Salta. El tema llegó hasta la prensa, autoridades nacionales y provinciales. El Ministro de Seguridad del Chaco manifestó que “los caciques no evaluaron adecuadamente el alcance de la Ordenanza” y que el Estado está presente en todo el territorio del Chaco”. Los pobladores saben a favor de quién y de qué manera está “presente” el Estado, que legaliza todos los días el descripto estrago de la deforestación. El vocero de la Guardia Comunitaria de Nueva Pompeya fue rotundo al afirmar que: “Parece ser que por defender nuestra tierra vestidos de color monte somos culpables de algo. Les diremos algo que no saben, el miedo lo perdimos hace tiempo. Porqué nos daba miedo seguir viviendo como vivíamos, así que ahora aferrados a otra vida estamos y ésa es la de lograr el respeto a nuestra historia, a nuestro rostro, a nuestro color de piel y a nuestra lengua”. Todo ellos invocan el Convenio 169 de las Naciones Unidas, al que nuestro país adhirió. Allí se estipula que “los indígenas tienen el derecho de organizarse y tomar sus propias decisiones”. El temor de las autoridades es que esta experiencia se pueda trasladar a otros sitios con fuerte presencia de población indígena, como es el caso de los mapuches en la Patagonia. También temen que los concepto de autodefensa invocados por los indígenas chaqueños sean incorporados por sectores populares no indígenas abandonados por el Estado, esto es particularmente grave respecto a la situación de muchas barriadas cuya seguridad el Estado va dejando en manos de narcotraficantes. Los sectores pudientes ya gozan del beneficio de tener un sistema propio de defensa, eso se ha generalizado en los “barrios cerrados” con seguridad privada. Pero cuando lo intentan sectores populares, como una forma de autodefensa, no faltan las autoridades, instituciones y personajes que ponen el grito en el cielo. Frente a estas circunstancias, vemos como -desde los sectores más humillados de la sociedad- brota una voz de alerta y esperanza. Una vez más cobra valor la poesía del maestro Pedro B. Palacios (Almafuerte) cuando nos recordaba: “¡SÍ! ¡Yo sé que del fondo más hondo surgirán las alturas más altas!” VOTO EN NEUQUÉN Y DERROTA DE LAS FUERZAS NACIONALES Los resultados de las elecciones del domingo pasado en Neuquén dejan la posibilidad de varias lecturas. La mayoría de los comentarios políticos, gira alrededor de la grieta nacional, en torno a lo ocurrido entre Mauricio Macri y la ex presidenta. Aquí, sin escapar de esa encerrona, trataremos de mirar dicha elección desde otro lugar. En Neuquén triunfó, del mismo modo que lo ha hecho sin intermitencias desde 1962, el Movimiento Popular Neuquino (MPN). Se trata de una fuerza provincial, heredera de una tradición neo peronista. Ganó –junto a varios aliados- con el 39,5% de los votos, un punto menos que en iguales elecciones de 2015. Aunque ahora tendrá que gobernar con minoría en el Parlamento. Le siguió el peronismo unido -PJ y Unidad Ciudadana- bajo hegemonía cristinista, con 26%, algo más de 5 puntos menos que la suma de lo conseguido por separado por esas fuerzas en 2015. Tercero apareció el candidato de Cambiemos, abandonado por sus caciques nacionales en la última semana, que –con el 15,3%- reunió 5 puntos y medio menos que en 2015. El ex gobernador Jorge Sobisch, quien en el 2015 no participó por haber sido derrotado en la interna del MPN, obtuvo 9,8%. Los números son claros: Perdió el candidato del oficialismo de Cambiemos y corrió la misma suerte la expresión unida de las distintas vertientes del peronismo. Ganó una fuerza local que caracteriza a los candidatos de los partidos nacionales como “delegados de los poderes centralistas”. El MPN está arraigado en el control del Estado provincial y -desde esa posición- mantiene vínculos amistosos con los gobiernos nacionales de diferente signo. Los números traen otro par de datos. La debilidad de Cambiemos y de su máxima figura, Macri. Todos los candidatos prefirieron –en las últimas semanas- tenerlo lejos de su propaganda. También indican que la figura de Cristina, tampoco caló hondo en esa provincia. El “batacazo” con el que soñaba el kirchnerismo se suspendió para mejor oportunidad. Ahora esperan que la Corte Suprema de Justicia de la Nación deje fuera de carrera al gobernador rionegrino Alberto Edgardo Weretilneck y lo baje de las elecciones del próximo 7 de abril. En ese caso confían que un triunfo de Martín Soria le dé una alegría al kirchnerismo. CAMINOS QUE TIENE POR DELANTE LA CRISIS DE CAMBIEMOS No es ninguna novedad que la alianza de Cambiemos, integrada por el PRO, los radicales y la Coalición Cívica de Elisa Carrió, está haciendo agua por todos lados. Es obvio que el principal problema es el drama económico que han sembrado por todo el país. A los datos que habitualmente incorporamos, esta semana tenemos que sumar la inflación de febrero que fue 3,8%, con lo cual el anual –de febrero a febrero- supera el 50%; el dólar ya se fue por encima de los 40 pesos y las tasas de interés volaron más allá del 60%. Con esos datos, que paralizan la economía, es muy difícil que Macri pueda ganar las elecciones, ni en primera, ni en segunda vuelta, si llega… Los 10.500 miles de millones de dólares que el FMI –en estos días- debería remitir seguirán la ruta de siempre: Pagar deudas y financiar las fugas. Ahora el gobierno está siendo autorizado a usar 9.600 millones para contener al dólar y evitar que esto reviente ahora, pero en los próximos meses se espera otro sobresalto y habrá que ver cómo sale el gobierno. Todo ese dinero se irá esfumando y se pagará con sangre y sudor de los argentinos, a menos que se diga ¡Basta! y el sacrificio no sea para pagarles y seguir en el pozo, sino para no pagar las “deudas odiosas”, salir de ese lugar y aguantarnos los chubascos que se vendrán. Más allá de estos problemas el gobierno se enfrenta a fuertes e inmediatos problemas internos y de repercusión electoral. Más allá de la lógica de que Macri confronte con Cristina, la situación va creando perspectivas impredecibles. La alianza Cambiemos corre riesgos. El radicalismo que le dio sostén territorial a Macri, está enojado y su esperanza de poner el candidato en el 2023 se está diluyendo. Muchos plantean dar la pelea ahora, otros piensan en el Congreso partidario de abril e imaginan que puede darse que no se repita el apoyo dado en Gualeguaychú para las elecciones del 2015. La profundidad de la derrota en Neuquén y la reciente división en Córdoba adelantan un negro futuro y alientan la posibilidad de estos caminos impredecibles. Macri todavía confía en que esos retrocesos no pesan porque piensa que siendo Presidente los acuerdos con el MPN en Neuquén y Juan Schiaretti en Córdoba los puede mantener, sin necesidad de gobernadores propios. Sin mayores perspectivas de una mejora sustancial de la economía, el amplio rechazo a Macri y el crecimiento de su imagen negativa, crece la idea que Cambiemos podría quedar fuera de la segunda vuelta o perder en la primera ante un peronismo unificado. Ante esa eventualidad vuelve a dar vueltas en su cabeza y en la dirigencia de Cambiemos la posibilidad que sea María Eugenia Vidal la que asuma la responsabilidad de un futuro electoral poco alentador.

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