¿Y AHORA?

Dom 13/05/2018 | Archivo

Está pasando lo que se veía venir: la recuperación de la economía yanky, más la bronca de los de abajo terminó incentivando el miedo de los que mandan. Dominados por el susto fueron a pedir auxilio al FMI. Ahora sí veremos la peor cara de este gobierno y aunque no nos guste chocaremos con la realidad que tenemos. En lo coyuntural una oposición unida le infringió una dura derrota al Gobierno al que sólo le queda el veto. En Líbano ganó Hezbolá y más preguntas
Alguna vez le escuché decir a un veterano periodista que nunca se puede titular una nota con una pregunta. Decía que el lector busca explicaciones que lo ayuden a descifrar los diarios interrogantes que rodean la vida de cada uno de nosotros. Sin embargo, hoy es imposible sustraerse a la pregunta que compartimos con la mayor parte de nuestros compatriotas: ¿y ahora? El problema está a la vista de todos. Nadie, pero nadie, puede esquivarlo. Aparece por los cuatro costados. Por si quedaba alguna presunción que ello sólo interesaba a economistas o políticos, ahora vemos que el drama va asomando en las más diversas cuestiones de la vida cotidiana. Como si fuera poco, viene vestido con el pedido de “ayuda” al FMI, esa nefasta entidad identificada con lo peor del actual mundo capitalista. Con lo cual por fin tendremos “una división de poderes”, esta es más real que la que hoy conocemos y será entre el FMI que dará las órdenes y el Gobierno que deberá cumplirlas. De la mano de las “condicionalidades” que acompañarán al Stand By del FMI se crearán las circunstancias para que, en un futuro más o menos inmediato, florezca el fenómeno de la estanflación. La inflación con estancamiento parece ser una consecuencia irremediable de lo que ahora están discutiendo con el FMI. El martes próximo hay vencimientos de las LEBAC por 674 mil millones de pesos (aproximadamente 30 mil millones de dólares, que habría que refinanciar), será jornada clave para ver si estos acuerdos pueden atravesar esa fecha. Según el JP Morgan hay temores que, por ese motivo, haya “desórdenes en el peso”. Las tasas de interés que se pacten en las renovaciones darán una idea del futuro. Podemos decir que hasta hace algunas semanas, el sistema mediático y político parecía atravesado por una “grieta” que partía en dos a la sociedad. Por un lado, los que estaban seguros que todo iba bien o se podía enderezar porque estábamos gobernados por gente capaz, reconocida por los grandes dirigentes mundiales. Por el otro, los que desde hace dos años están seguros que “todo está mal” y lo que todavía no lo está, ya lo va a estar. Desde las dos orillas de este modo de pensar estaban seguros de lo que pensaban y querían. Hoy, quienes pensaban lo primero sólo tienen una certeza: no saben dónde están parados. Ven que el “equipo de primera” del Gobierno resultó ser un rejunte de chiquilines caprichosos, engreídos y asustadizos, que buscan el apoyo cómplice del hermano mayor que está al costado de la cancha. Entre otras “burradas” se abre al mundo en momentos que la principal economía promueve un creciente proteccionismo. Los otros, los que estaban más cerca de lo cierto con aquello del “todo está mal”, mientras se regocijan porque consideran que el tiempo les está dando la razón, tienen otra preocupación. ¿Qué va a pasar? Porque el Gobierno puede perder las elecciones e incluso irse antes de tiempo. Muchos de ellos saben, en su fuero íntimo, que les cabe una cuota de responsabilidad por lo que está ocurriendo. Lo que no saben es cómo afrontar lo que se viene si de nuevo les toca gobernar. Sobre todo ahora que los propagandistas del sistema dominante nos han convencido que las “inversiones extranjeras” son nuestra salvación. Por eso cuando la economía norteamericana absorbe recursos, a nosotros se nos complica la existencia. Ese es uno de los dramas de este -nuestro- país, con una economía donde los bienes comunes o recursos naturales son la clave de nuestra integración al mundo. Quienes nos gobiernan en los tiempos de crisis, generalmente de precios internacionales bajos, ahondan el drama de la dependencia y el endeudamiento. En los tiempos de “vacas gordas”, cuando suben los precios de nuestros commodities y solemos tener gobiernos medio progresistas, distribuyen -con poco criterio de futuro- esas riquezas. Cuando vuelven a bajar esos precios internacionales reaparece la crisis y empieza de nuevo el mismo círculo vicioso. Unos y otros no logran desplegar alternativas distintas a este modelo agro-exportador que, con la excepción del históricamente corto período del primer peronismo, nos impusiera la generación del ‘80 y hasta hoy rige nuestro sistema económico. Incapaces de desarrollar un modelo distinto, centrado en nosotros mismos, dependemos de las variaciones de los precios internacionales. Nuestra cultura clasemediera, queriendo imitar a los poderosos, hace que nos creamos más de lo que somos y nos impulsa a consumir más de lo que producimos y el endeudamiento es cada día mayor, claro está, que lo hace a expensas de los sectores más humildes y para beneficio de los de arriba. Por eso la pobreza estructural crece con gobiernos de diferente signo político-ideológico y 35 años de esta democracia exponen el doble de la pobreza que nos dejó la genocida dictadura militar en 1983. Esa es la realidad de lo que somos. No sería malo que esta crisis actual nos ayude a mirarnos un poco más al espejo de lo que somos en verdad. Es posible que, de esa manera, superemos a las concepciones clasemedieras -alcahuetas del poder oligárquico- que son las que proveen de funcionarios a los diferentes gobiernos. Su principio es mirar hacia arriba y afuera, en lugar de hacerlo hacia adentro y abajo. Es bueno tener presente que Macri ¡ya fue! Más allá del día exacto que deje su gobierno. Los títulos de las 3 últimas notas domingueras de esta sección venían advirtiendo de esta situación, que la soberbia del Gobierno no les dejó ver: El 22 y 29 de abril y 6 de mayo dijimos: “El gobierno de Macri, en su peor momento”; “Macri maniobra buscando “zafar” y “Los mercados se cansaron de Macri ¿y vos?”. Ya es tiempo de preguntarnos por el futuro, por eso reiteramos ¿Y ahora? Ese seguirá siendo el tema del futuro. OPOSICIÓN UNIDA, DERROTA EN EL PARLAMENTO Y LA JUSTICIA Tal como se esperaba, el oficialismo fue derrotado en el Parlamento (133 a 94) en el debate sobre las tarifas. La oposición unida se opuso a su política sobre el tema y votó que las tarifas se retrotraigan al valor que tenían al 1° de noviembre de 2017 y desde allí se les aplique una suba igual a la inflación. Esta norma aprobada en Diputados, es muy probable que corra la misma suerte en el Senado. Desde el oficialismo ya han anunciado el veto presidencial a esta disposición, lo que será una nueva derrota política del Gobierno. De esta manera, el Gobierno suma al deterioro de la imagen que profundizó el acuerdo con el FMI esta nueva decisión. Todo ello en un camino donde el 2019 se pone cuesta arriba y las perspectivas de “aprovechar” el impulso del Mundial de Fútbol parecen cada vez más distantes. Mientras el Gobierno navega en estas turbulentas aguas ocurren otras cuestiones que pueden ser casuales o no. Se trata de lo que pasa en la Justicia Federal. Es sabido el interés de los diferentes gobiernos por tener un correlato de jueces amigos. Eso es particularmente importante cuando se habla de la Justicia Federal, lugar en el que caen las causas más importantes para los diferentes gobiernos. Particularmente, a los gobiernos les interesan los jueces de Comodoro Py que tienen jurisdicción sobre la mayoría de los actos de gobierno. Esta intervención gubernamental se hace bajo el impulso de dos intereses. Para que los “ayuden a gobernar”, mientras ocupan ese rol y que les “cubra las espaldas” en las horas del ocaso. El macrismo ya logró deshacerse de jueces claves: Eduardo Freiler, Jorge Ballestero y Eduardo Farah. Ahora tiene en la mira a Ariel Lijo, Rodolfo Canicoba Corral y María Servini de Cubría, a la cual –llamativamente- salió a defender la propia Elisa “Lilita” Carrió para evitar que la jubilen. En el marco actual, donde las perspectivas de continuidad macrista son difíciles de predecir, es probable que esta tendencia se fortalezca. Las principales figuras del macrismo tienen problemas en la Justicia, aun siendo gobierno. Es de imaginarse cómo se multiplicarán esas causas si se los empuja al llano. Ya sabemos que “el miedo no es zonzo”. EN LÍBANO GANÓ HEZBOLÁ; TRUMP CONTRA EL ACUERDO NUCLEAR CON IRÁN Y UNA GUERRA QUE VA CRECIENDO En Medio Oriente están sucediendo hechos que no pueden ser vistos de un modo aislado. Ellos están vinculados y es conveniente atender al rumbo de su evolución. Hablando de esta situación, el presidente sirio Bashar al Assad lo sintetizó de esta manera: “Quizás no sea una Tercera Guerra Mundial en toda regla, pero es una guerra mundial. Tal vez de una manera diferente, no como la Segunda y la Primera; tal vez no sea nuclear, pero definitivamente no es una Guerra Fría; es algo más que una Guerra Fría, pero menos que una guerra en toda regla”. Pero ¿cuáles fueron los últimos sucesos y las alianzas e intereses que se mueven en la región? Las novedades de estos días acercan los siguientes datos: Uno, es el triunfo de Hezbolá y sus aliados en las elecciones parlamentarias de Líbano. Recordemos que Hezbolá es considerado por Israel, Estados Unidos y los países que integran la “alianza occidental” como un grupo terrorista. Para los países musulmanes de la región, en cambio, Hezbolá es una fuerza de resistencia que los protege de los avances y ataques armados de Israel. En las recientes elecciones, donde se elegían 128 legisladores, repartidos por mitades entre cristianos y musulmanes, esa alianza avanzó respecto de las anteriores logrando ampliar su mayoría. Hezbolá es aliado de Irán y firme defensor del gobierno de Siria. Después de estos resultados el gobierno de Israel ha dicho que no diferenciará entre el Estado soberano de Líbano y Hezbolá y se reserva el derecho de atacar cualquier parte del territorio de Líbano, si hay ataques provenientes de ese territorio. Ese es uno de los actuales frentes de tormenta actuales de la región que incluye Líbano; la palestina Franja de Gaza; la bombardeada zona de Siria y el territorio israelí, particularmente las Alturas del Golán ocupadas por ese país, son lugares donde estos días hubo ataques con misiles de uno y otro sector. No hay que olvidar que tanto para Israel y Estados Unidos, por un lado, como para los países agredidos por esa alianza -que cuentan con el apoyo de Rusia- el sitio principal del combate actual es Siria. Desde hace un tiempo Rusia tiene dicho que Siria es la “línea roja” que la alianza de Israel y Estados Unidos no podría sobrepasar. Eso ocurrió luego que Estados Unidos destruyera a Libia, reconstituyera parte de su poder en Iraq y se decidiera a poner su pie en Siria para avanzar hacia su gran objetivo que es Irán. En ese marco, Rusia se comprometió con Siria procurando evitar que Estados Unidos controle la región. Por el otro lado, para Israel, la imposibilidad de destruir a Siria y su cercanía política y ciertos acuerdos militares con Irán, significaban la otra “línea roja” que Israel no permitiría. Los acuerdos y compromisos de Donald Trump con Israel son otro componente de este panorama. Estados Unidos no cesa sus ataques contra Siria. Ahora Israel percibe que puede profundizar esas acciones y se enanca en la política de Trump para desarmar todos los acuerdos de Barack Obama y romper los acuerdos nucleares firmados con Irán, aún cuando Europa se oponga a ello. Todos estos objetivos parecen difíciles de alcanzar para la alianza de Israel y Estados Unidos, pero en ese camino han destruido gran parte de la infraestructura e industria de Siria y sin embargo luego de los ataques de esta semana, el pueblo sirio salió a las calles para vociferar su bronca contra los atacantes.

NOTICIA DE ARCHIVO


COMPARTÍ ESTA NOTA