EL SABIO DEL “AGUJERO NEGRO” Y LOS QUE ALIMENTAN OTRO TIPO DE “AGUJERO NEGRO”

Dom 18/03/2018 | Archivo

Esta semana se habló de tres personas públicamente conocidas: el científico Stpehen Hawking, el diputado oficialista Fernando Iglesias y el exfuncionario Aníbal Fernández. A los tres, la prensa les dio espacio, ellos reflejan distintos modos de vivir. Lluvia de encuestas, con un macrismo mal parado
Está claro que la humanidad es una y la raza humana también, pero ella encierra, por diversas razones, a personas de las características más disímiles. Vamos a exhibir a tres personas que, siendo públicas, ocuparon u ocupan roles bien distintos. Uno, fallecido esta semana, vinculado al conocimiento científico sobre el planeta que nos acoge, sus orígenes, necesidades y perspectivas. Su pensamiento tiende a responder por problemas universales. Los otros dos, son mundanos políticos de diferentes corrientes electorales mayoritarias. Ambos, de actual o reciente vigencia en el Gobierno, representan aspectos centrales de esta política argentina. Sus acciones explican en parte lo que nos pasa y le pasa a esta Argentina actual. Veremos cómo, cada uno de ellos, se planta ante la realidad y sus distintos aportes al conjunto de la sociedad. Esas experiencias de vida pueden dar cuenta de esa distancia abismal que hay entre los avances científicos y el modo desigual que ellos son distribuidos en la sociedad. La mente humana ha producido gigantescos pasos en el camino de resolver los dolores y sacrificios de las personas, lamentablemente ellos llegan de un modo tan diferenciado que da la impresión que cada uno de esos avances termina agrandando una brecha insalvable. Es la que existe entre los que forman parte de la sociedad y los que apenas tratan de sobrevivir en los márgenes de la misma. Una explicación de tal abismo puede ser un sistema político al servicio de los poderes económicos y de quienes lo usan como forma de vida y de enriquecimiento personal. Pero vayamos a los hechos relacionados con estos tres protagonistas: STEPHEN HAWKING Fue un científico cuya preocupación por conocer los orígenes y destinos del cosmos y de nuestro planeta Tierra iba de la mano con su esfuerzo para que esos conocimientos llegaran a la mayor parte de la humanidad. Publicó innumerables libros. Su obra “Una breve historia del tiempo” (1988) fue leído por más de 10 millones de personas. Trató que sus investigaciones llegaran también a los niños, en colaboración con su hija, publicó libros infantiles. Con esa misma motivación participó en programas humorísticos (The Big Ban y Los Simpson, entre otros). Todo eso era parte de la vida de este hombre que murió a los 76 años, en su casa, en las proximidades de la Universidad de Cambridge. A los 21 años le diagnosticaron una Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afectó su capacidad motora. La silla de ruedas fue su medio de transporte y sofisticados aparatos electrónicos le servían para comunicarse a través de órdenes que les impartía con el movimiento de un músculo cercano al ojo. Los médicos, quienes pueden saber mucho del cuerpo, pero poco del alma, diagnosticaron -en 1965- que le quedaban 2 a 3 años de vida. Su férrea voluntad los desmintió sobradamente. Con su teoría sobre el “Big Bang” (la “Gran explosión”) explicó el origen del universo, como un momento donde aparecen espacio y tiempo para dar lugar al universo, que desaparecerá con ellos. Su concepto sobre los “agujeros negros”, como una gran concentración de masa que atrae y absorbe a los cuerpos cercanos, había sido intuido desde el siglo XVIII y desarrollado por Albert Einstein en 1915. Para probar la teoría de la relatividad de Einstein consiguió -en el 2007- formar parte en un vuelo con gravedad cero. En 1979, pasó a ocupar la misma cátedra que tuviera, en 1669, Isaac Newton. Pronosticó que la Tierra podría dejar de ser habitable en menos de 600 años, sobre todo si continuaba el maltrato al que hoy es sometida. Veía el futuro de la humanidad poblando otros espacios para lo cual promovió, con la ayuda de un empresario ruso, la idea de llegar a uno de ellos (Alpha Centauri). No le parecía convincente la búsqueda de contactos con actuales pobladores de otros espacios estelares, temía que se repitiera con los terrícolas el drama de los antiguos pobladores americanos, luego de la llegada -a sus tierras- de Cristóbal Colón. Formaban parte de sus curiosidades cotidianas cuestiones como la vida extraterrestre, la destrucción nuclear, el cambio climático. No era menor su preocupación acerca del futuro de la inteligencia artificial y la tecnología, por los peligros que entraña, a pesar de sus aportes. Así fue como un cuerpo desquiciado, envolvió a una de las mentes más brillantes de estos tiempos. Lo aparente y superficial, por un momento, tuvo que ceder su voluptuoso inmediatismo ante la tenacidad de una voluntad creadora al servicio de un cerebro excepcional, preocupado por el origen y destino de todos nosotros. FERNANDO IGLESIAS Es un político de estos tiempos, ávido de fama (periodística) y poder (estatal). profesor de Educación Física, entrenador -en Italia- de voley. De regreso al país e interesado en temas internacionales, llegó a la política de la mano de Elisa “Lilita” Carrió. Macri lo eligió como una de sus espadas televisivas por su apasionada defensa del Gobierno y su estilo agresivo, cercano a la prepotencia. Reacciona ante cualquier crítica al Gobierno. Venga de donde venga, frente a ella, se pone la coraza y ataca, lanza en ristre, para defender el proyecto oficial. Sus enemigos son tan diversos que es difícil precisar su perfil, van desde la periodista María O´Donelll hasta el mismísimo papa Francisco. Esta semana fue el turno del periodista de investigación de un diario nacional, Hugo Alconada Mon, al que llamó -como chiste de una estudiantina- “Alconafta Humón”. ¿El motivo? Era claro y rotundo. Había osado poner en duda la decencia pública del ministro Luis Caputo, el mismo que está comprando todos los números para ser, en un futuro, un habitual visitante de los jueces federales de Comodoro Py o -con menos suerte- un cuidado poblador de alguna cárcel federal. Dudaba de la ética de ese funcionario al no informar sobre cuentas, operaciones y empresas offshore que desde Estados Unidos confirmaban y mencionaba negocios que negaban la proclamada y necesaria transparencia gubernamental. También había citado los nombres de familiares de funcionarios mantenidos por el presupuesto de reparticiones públicas. Ese es el aporte al bien común que hacen los políticos de este estilo. ANÍBAL FERNÁNDEZ Para que nadie crea que lo dicho respecto al mencionado legislador oficialista es un caso único, resulta interesante citar a un exfuncionario del gobierno anterior. Sus acciones también fueron recogidas por la prensa en esta semana. Se trata de Aníbal Fernández, ex de varios e importantes cargos durante ese gobierno. En esas circunstancias era la persona indicada para apabullar cotidianamente a la prensa con una verba cargada de giros populares y frases impactantes. Ahora, desde el llano, procura mantener esa presencia, aunque limitada a páginas interiores de diferentes medios. Aníbal, así -sólo por su nombre- es vastamente reconocido en los medios políticos. Es difícil desentrañar por qué fue nominado por Cristina al cargo de gobernador bonaerense. Muchos piensan que lo hizo porque pensaba que allí el peronismo no podía perder. Otros creen que su impresentable figura era parte de la estrategia para no ganar. Es imposible desentrañar los vericuetos y misterios del alma humana. Lo cierto es que promover y sostener su candidatura puso en entredicho la amistad de Cristina con el propio Papa. Ahora Aníbal quedó bajo la mira de la Justicia por haber enajenado bienes cuando ya no podía hacerlo y para sustraerlos del embargo judicial. Es cierto. Es un delito menor, para lo que vimos y estamos viendo en los tiempos que corren. De todos modos ello indica el tipo de dirigentes que son los responsables de la actualidad y el futuro de los argentinos. Estos hechos y situaciones van configurando el alma enferma de los argentinos. El “agujero negro” de los pésimos ejemplos del poder, más la creciente miseria existente, más los que creen que el poder que detentan es parte de su patrimonio personal. Todo ello junto a las agresivas campañas contra los más pobres alimentan la masa de este “otro agujero negro” que convoca a la pérdida de todo valor y eso termina mal. Lo prueba el inhumano linchamiento, en Güemes –San Juan-, de Cristian Cortez. Un joven, de 18 años, quien acababa de robar un celular. A la salvajada del linchamiento se le agrega otra mayor, si tenemos presente que la encuesta de un diario de San Juan informó que el 77% de sus lectores avalaron ese proceder. LLUVIA DE ENCUESTAS Y UN MACRISMO MAL PARADO En estos días pudimos asistir a una auténtica avalancha de encuestas. Sin ser un profesional del tema tuvimos la oportunidad de observar a varias de ellas (Gustavo Córdoba y Asoc., Synopsis, Raúl Aragón, Hugo Haime y Asoc.) Es sabido que todas ellas tienen algunos “dibujos” para dejar mejor instalados a quien se encarga de pagarlas. En la misma dirección tampoco nos podemos olvidar que quien tiene mayores recursos es el Gobierno. De todos modos es interesante destacar que hay varios aspectos que son vistos de un modo parecido por las mencionadas encuestadoras. Una cuestión absolutamente coincidente es que el Gobierno cuenta con una importante adhesión en los mayores de 50 años y la oposición -distintas vertientes del peronismo y la izquierda- en quienes no llegaron a esa edad. El otro aspecto que refleja un pensamiento generalizado está referido a la opinión sobre el Gobierno. Si bien la caída va parando, los datos son malos para el oficialismo. Las opiniones negativas van de algo más del 40 a más del 50%, mientras que las positivas oscilan entre el 30 y 35%, según la encuestadora. El núcleo central de la mayor parte de las dudas tiene que ver con el peronismo y el rol de Cristina. Los datos acercan la idea de las dificultades para la unidad de todo el peronismo con Cristina como candidata. Parece estar más cerca de la realidad la posibilidad de la generalizada unidad, incluida Cristina, pero sin que ella sea la candidata. Incluso ese fue el clima predominante en el encuentro de la militancia celebrado en Villa Mercedes (San Luis), con la presencia de Hugo Moyano; cristinistas diversos; la plana mayor de “La Cámpora”; varios exfuncionarios como Amado Boudou, Aníbal Fernández, Jorge Taiana, Gabriel Mariotto; varios dirigentes del PJ; con la ausencia de todos los gobernadores a excepción del anfitrión Alberto Rodríguez Saá. Fue este último quien le puso título a la propuesta ¡hay 2019! y planteó la formación de un Frente Patriótico. Una alternativa de este tipo complicaría las chances del macrismo, dado que se le haría difícil colocar a Cristina como la alternativa, tal como lo ha venido haciendo. En ese caso, inflación y salario serían cuestiones centrales. En esos temas, el 2,4% de inflación para febrero y la propuesta oficial del 15% anual de aumento en las paritarias, hablan bien a las claras de los problemas que tendría el Gobierno. Volviendo a las encuestas, hay otros dos detalles, que son destacables. Synopsis se arriesga a publicar los datos de una candidatura de Macri por un lado y –por separado- cada uno de 5 oponentes opositores. En ese caso, Macri gana contra cualquiera de esos cinco candidatos (Cristina, Alberto Rodríguez Saa, Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Sergio Uñac). El opositor que más votos reuniría, en esa medición, sería Rodríguez Saá. Por otro lado, Raúl Aragón y Gustavo Córdoba traen el dato que preguntados por la reelección de Macri, más del 50% tiene una opinión negativa. Es coincidente el dato que el rubro en el que el Gobierno recoge las peores opiniones gira sobre el tema de la economía, con diferencias (entre las opiniones negativas y positivas) que superan los 20 puntos. El macrismo ya ha anunciado que, después del Mundial de Fútbol, formalizará la triple candidatura: Macri, en la Nación; María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires y Horacio Rodríguez Larreta en la Capital. Claro está que tienen guardada la figura de Vidal, para la Nación si la de Macri resulta demasiado oxidada

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