MÉXICO GASTA MUCHO PARA DOMAR MEDIOS

Jue 18/01/2018 | Archivo


Ciudad de México.- Operar un medio de noticias en México normalmente significa depender de un sólo cliente que gasta cantidades exorbitantes en publicidad con una simple advertencia: “no te pago para que me critiques”. Ese cliente es el Gobierno mexicano. La Administración del presidente, Enrique Peña Nieto, ha gastado cientos de millones de dólares al año en publicidad, creando una fuerza que los ejecutivos de medios dicen que es capaz de suprimir los artículos de investigación, dirigir las portadas e intimidar a las redacciones que la cuestionan. A pesar de su promesa de regular la publicidad gubernamental, Peña Nieto ha gastado más dinero en publicidad en medios que cualquier otro Presidente en la historia de México, casi 2 mil millones de dólares en los últimos cinco años, de acuerdo con datos gubernamentales compilados por Fundar, un grupo de transparencia. Además, los líderes de todos los partidos manejan cientos de millones de dólares para publicidad cada año, repartiéndolos entre sus medios favoritos, calculó Fundar. De acuerdo con ejecutivos y editores, algunos secretarios de prensa exigen cobertura positiva antes de firmar un contrato publicitario. El resultado es un panorama de medios en todo México en el que los funcionarios regularmente dictan las noticias, diciéndoles a los medios qué deben y no deben reportar. “Si un reportero profesional quiere cubrir los elementos sucios de lo que está sucediendo hoy en el país, ni el Gobierno ni compañías privadas le darán un centavo”, dijo Enrique Krauze, un historiador quien edita Letras Libres, una revista que recibe algo de dinero gubernamental. El Partido Revolucionario Institucional de Peña Nieto inició este sistema. El expresidente, José López Portillo, fue el que dijo hace décadas que no le pagaba a los medios para que lo atacaran. El gasto se da en un momento en que el Gobierno mexicano está recortando presupuestos de manera general. Gastó tanto en publicidad en 2016, alrededor de 500 millones de dólares, como en su principal programa de becas para universidades públicas. El 68 por ciento de los periodistas en México señaló que se autocensuraba, no sólo para evitar ser asesinados, sino también por la presión de anunciantes, de acuerdo con un estudio realizado por la Universidad Iberoamericana, en la Ciudad de México, y la Universidad de Miami. “Llegué a entender que había cuestiones que simplemente no podía cubrir”, expresó Francisco Pazos, quien trabajó durante años en Excélsior, uno de los periódicos más grandes en México. El 23 de agosto, Ricardo Anaya, presidente de Acción Nacional, el partido de oposición, y precandidato a la presidencia en las elecciones de este año, halló su nombre en la portada de El Universal. Una nota entraba en detalles sobre el imperio inmobiliario de su suegro y las maneras en que la trayectoria política de Anaya había ayudado a impulsar esa fortuna. La nota fue publicada a nivel nacional. Lo único que faltó, decidió a final de cuentas un tribunal, era precisión.

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