PIANCHO

Jue 28/12/2017 | Archivo

¿Qué tal mis amigos? ¿Cómo están todos Ustedes? Espero que estén muy pero muy bien todos, después del paso de la Navidad, ya con el Hijo de Dios vivo, el Cristo que nos vino a salvar a todos, sobre todo a los gentiles que no teníamos posibilidad de nada, sin embargo, con su nacimiento nos permite poder entrar y estar a la diestra de Dios
En este Mundo tan lleno de dolor y pecado, de allí la importancia de su presencia entre nosotros desde este fin de semana que pasó. Una posibilidad única de nacer nuevos de nuevo a la vida más allá de culpas, pecados y todo aquello que nos “ate” con el mal, del signo que fuere. Cristo, Jesús es vida nueva, vida nueva y eterna para todo aquel que la elija y por supuesto cumpla con sus enseñanzas. Yo les cuento que estuve en el 2 el 24, cerquitas de las palabras de Monseñor Juan Rubén Martínez, el padrecito mayor de todos nosotros. Me llamó la atención de las cosas que dijo por el 2, El Canal de Todos. Lo que contó de nuestra Virgen de Loreto, presente en nuestra Misiones desde casi el principio de la evangelización en un Templo único en todas las Misiones de aquellos días, el año 1600. El valor central de la presencia de Jesús desde la noche del 24 entre todos nosotros en este Mundo tan necesitado de su mensaje de amor. Duró una hora el programa de la tele, pero les cuento para los que no lo vieron que parecieron 10 minutos de tan intenso que fue todo el diálogo que mantuvo Monseñor con la gente del 2. El mensaje de caridad, misericordia y sobre todo, amor que nos dejó a todos el Padrecito. La verdad que fue un mensaje que nos llegó al corazón, al alma. Fue profundo todo. Fuerte. Un mensaje amplio a toda la sociedad, a la cual llamó a practicar el amor por el otro y la solidaridad social como bandera en la mano cual prenda de amor por el hermano necesitado sufriente, doliente, excluido de todo en un Mundo cada día más peligroso e inestable como consecuencia de una realidad que genera mártires allí donde esté presente un católico dando testimonio de su fe. Un mensaje directo a la conciencia humana y el corazón de cada uno, Católico y no Católico, a los hombres todos en realidad, siguiendo los pasos del magisterio del Papa Francisco. Martínez dio una bendición a todos los misioneros en el final, llamando a construir una sociedad con Justicia, amor, con sencillez, atributo muy pocos en este mar de tribulación materialista que cada día marca más nuestras comunidades. Una Misiones llena de amor y religiosidad fue la de esta semana que pasó, que sin embargo, no nos alejó de día a día con su carga pesada que tenemos que llevar todos, acá en nuestra Tierra Sin Mal. TIERRA SIN MAL CON VIOLENCIA Todos Ustedes saben mis amigos que suelo entretener mis días y mi tiempo leyendo, una práctica que por la cultura de las imágenes atropelladas que segundo a segundo se intercambia la juventud y aquellos más grandecitos que la imitan medio que va quedando “viejo” leer, ni les cuento sentarse en las sillas, el patio, las plazas, los bares o las bibliotecas para leer. La verdad que una práctica que los maestros medio que le “deben” a los niños, jóvenes y adultos que arrancan muchas con sus aprendizajes pendientes de juventud por miles de motivos, casi siempre por falta de oportunidades, pero por suerte, cada vez es menor el analfabetismo. Pero les cuento lo que leí. La inseguridad, ese hecho social, que es muchísimo más que una “sensación” como en algún momento se dijo, acá en Argentina está pegando tremendamente “fuerte”. Los datos que les voy a contar son “oficiales” del INDEC y me dejaron mudo, textualmente como dice la palabra, mudo. Les aclaro que muchos con los que comenté la cuestión me dieron diversas interpretaciones de porqué este tema fue expuesto tan crudamente. Bueno, pero esta nota parece que va todo al revés pues no les dije una palabra de qué se trata. Según el mencionado INDEC, la violencia en Argentina es enorme, tanto que sus números indican que -la “cifra negra de denuncias que son las que no se realizan”- 7 de cada 10 personas sufrieron violencia en nuestro País. Le diría que si esto es cierto, esta sociedad está por explotar en mil pedazos, según los más afamados y serios sociólogos del Mundo entero, que sostienen que la violencia social marcada precede siempre a los procesos revolucionarios en el Mundo entero, en aquellos Estados donde fueron estudiados. Pero nuestro INDEC, nos dice que 3 familias de cada 10 en Argentina ha sufrido delitos o violencia, en tanto que se eleva ese número cuando se evalúa el total de violencia incluyendo aquellos hechos delictivos denunciados y los que no son denunciados, elevándose allí el porcentaje a 7 de cada 10 familias las que han sufrido violencia, en un escenario más que espantoso, con un denominador común: el miedo metido en las tripas de todos los argentinos. La Encuesta Nacional de Victimización reveló que en 2016 el 27,5% de las familias sufrió “algún delito contra el hogar o alguno de sus miembros”. Según estos antecedentes, el año pasado tres de cada diez argentinos, padecieron al menos un robo, secuestro, amenaza, estafa o agresión. Pero en la mayoría de los hechos (casi el 70%), no hicieron la denuncia. Para analizar los casos, el INDEC realizó encuestas en 46.765 casas de localidades de más de 5.000 habitantes del país, que funcionan como muestra más que suficiente. Dándole estos datos terroríficos. De ellos surgió que la ciudad más violenta del País en el año 2016, fue la de Santa Fe, con una tasa de 22,2 homicidios cada 100 mil habitantes, con un aumento del 12,7% respecto de 2015. Pareciera que en estas estadísticas simplemente nuestra Provincia no existe, sin embargo, la realidad es rica, pues existe y se presenta de la peor manera, vinculada a aquellos hechos de violencias que destruyen a la personas humana en su esencia y sobre todo a la familia. Acá entre nosotros, esa verdadera “plaga de violencia” se introdujo desde el mismo Estado cuando funcionarios a los cuales les tocaba preservar y cuidar que la violencia no se instale entre nosotros, permitieron que ello suceda. Lo permitieron conscientemente, sin ningún tipo de impedimento, de ningún tipo a través del impulso de políticas públicas que instalaron la entronización de la peor de las violencias, la que carcome la personalidad humana. Tan evidente es la cuestión que los funcionarios del actual Gobierno provincial lo señalan. Es el caso del anterior ministro de Gobierno, Jorge Franco, que durante 8 años sostuvo que las “drogas no tenían presencia en Misiones, que Misiones era sólo una provincia de 'paso'”. Una prédica perniciosa que facilitó que los carteles de las drogas se instalen en todo el territorio provincial, en cada pueblo, en cada colonia. En una suerte de “captación” de almas y cuerpos. La prueba de esto lo está dando día a día el actual ministro de Gobierno, Marcelo Pérez, que muestra los números de las incautaciones de los últimos 8 años y las actuales. Una realidad cercana, en la Nochebuena, se secuestró 3.000 kilos de marihuana, en un nuevo “golpe” al narcotráfico, elevando la media del corriente 2017 a 20 toneladas cuando antes en los 8 años anteriores era de sólo 1.200 kilos por año. Una diferencia notable. Expresiva, de que existió un mecanismo de penetración de la drogas en nuestro hogares de todo el territorio provincial. Pero no sólo estos delitos se “instalaron” acá. Los asaltos cometidos por bandas integradas por policías y ladrones asociados para el delito desde el año 2014 son una lacra en nuestra Provincia, con delincuentes comunes presos con policías, tal vez el caso más resonante fueron los asaltos al negocio “Los Arcos” de la avenida Mitre en Posadas, o nuestra Planta Editorial, con la mitad de la banda presa y el resto suelta, con 7 policías procesados e involucrados en los hechos, una realidad que fue posible esclarecer con este Gobierno es bueno decir, más allá que existen 6 de los 7 policías sueltos, generador de una injusticia y peligro en toda la comunidad, que ve violencia sin atinar a entender cómo es que están libres funcionarios públicos delincuentes, inclusive prestando servicios desde hace más de 2 años, imputados. El día 20 de diciembre se cumplieron 2 años del violento robo a la Planta Editorial del Diario Noticias de la Calle, Canal 2 “El Canal de Todos” y Radio Noticias y el sabor de la impunidad está instalado en gran medida, cuando un juez utilizando la puerta “giratoria” soltó a uno de los implicados: el que hizo de “goma” las cajas fuertes existentes en la Planta. Es bueno señalar, que el esclarecimiento parcial del violento hecho delictivo fue posible en este gobierno, reitero. Pero la violencia está. La prueba de ello es el robo cometido en la semana a una abogada, más de 10 millones de pesos de su domicilio en pleno centro de la Ciudad de Posadas. Más allá de las estadísticas del INDEC, que les conté. SIGUE EL …. 2018!!!! Tiempos muy complicados son estos para todos los misioneros y en especial para aquellos que con sus esfuerzos generan las riquezas que nos permiten crecer, educarnos, tener salú, tener un trabajo, tener un porvenir de bienestar para todos aquellos que vivimos y seguramente vamos a morir acá en esta nuestra Misiones. Ustedes me dirán, este viejo con sus 95 y casi 96 pirulos, está medio caduco ¿de qué está hablando?. Pues les cuento que este fin de semana me asombré de la cantidad de personas que cruzaron a la vecina Encarnación. Fueron miles y miles, y claro, no fue sólo el cruce sino el cruce y las compras que realizaron allá. Fueron miles y miles de compras la que los misioneros hicimos. Tanta fue la “oleada” de misioneros de compra que se “acomodó” el comercio de los hermanos paraguayos y pusieron horario “nocturno” para sus actividades en una increíble muestra de ganas de trabajar y ganar dinero. Una perseverancia en la lucha por la vida ejemplar si es que queremos una muestra de cómo es el esfuerzo que hay que poner cada día para salir adelante. Claro que mientras ellos salen y mejoran nosotros tristemente llevamos todos nuestros dineros allí, por la lógica natural que venden productos y bienes más baratos, sin atinar nuestros comerciantes a desarrollar una política que “deje” en esta orilla de Posadas las sumas de dineros que generamos con nuestro trabajo. Yo la verdad que ya toco de oído nomás esto porque de la plaza 9 de Julio y San Martín no salgo ni de casualidad. Son mi mundo y paisaje, cuando no me voy a mirar los miles de autos que van a Encarnación desde la Avenida Marconi, frente al Hospital Madariaga donde se tiene una vista fenomenal de todo eso. Que las estadísticas oficiales de Migraciones nos dicen que fueron 167 mil personas las que “pasaron” a Encarnación. Una cantidad enorme de gente y dinero la que fue, que asusta mismo, la que transitó por el puente San Roque González. El jueves fueron 50.049 personas. El viernes disminuyó un poco la cantidad de personas con 44.509 personas. En tanto que el sábado fueron 39.056 personas las que utilizaron el puente. El domingo llegaron a 34.223 personas. Llegó la cola de vehículos a tener 15 kilómetros de larga, y la “espera” para cruzar el puente, promedio, fue de 7 horas en vehículos. Sin tener presente los que pasaron en cole y en el bendito tren, donde se tuvo que hacer más de 3 horas promedio para conseguir un lugar. Según muchos hombres que hace años trabajan en el puente, esta cruzada del fin de semana no tiene ningún registro parecido antes. Yo que ya soy perro viejo en estas cosas, les digo mis amigos que estoy seguro que si Jesucito me da vida, un poco nomás, estoy pero reseguro que prontito se va a ver más gente yendo por un regalo, una comida, un alimento, una goma, un electrónico más barato que acá. Miren solamente les refiero. Me contaba una señora que buscaba un horno eléctrico. Acá el más barato le salía 19 mil pesos y allá uno igual, de la misma marca no llegaba a 6 mil. ¿Qué me cuentan? ¿Cómo no va a ir la gente a la vecina orilla, si hasta la chipa es más barata y rica? Todo se entiende. Me da pena solamente los millones y millones de esfuerzos y trabajo de todos los misioneros que se “van” por las burradas de algunos. Más me hierve la croqueta cuando pienso que este viernes 29, de nuevo en fecha, el Gobierno provincial va a pagar los sueldos de los agentes públicos y los jubilados provinciales y seguro pero seguro que esos millones y millones se van seguramente ahora con las compras del fin de año y año nuevo, que no va a andar bien “ajustadito” me parece. Mis amigos, me despido de todos Ustedes de este año 2017. Les digo que no fue fácil, costó mucho acá en esta mi segunda casa que es la Planta de la Editorial, donde se respira trabajo y solidaridad. Pero anduvimos otro año más en este Universo que integra nuestro planeta azul, la bendita Tierra. Dicen que el fin de año es de balances y acá le escuché al Jefe decir que este año el balance de La Calle, fue excelente, pero mejorará más. Medio preocupado por la “cabeza” del Jefe, porque conozco la realidad “económica de nosotros”, le pregunté cómo era eso y me dejó quietito aun con mis años: “Viejo, con más de 1.300 donaciones pudimos ayudar a la gente, eso es extraordinario en este Mundo lleno de gente insensible y poco humana”. Noté la emoción con la que decía y les cuento que se me cayó más de una lágrima, pensando ojalá que sean miles y miles las soluciones y respuestas que podamos llevar a los misioneros desde nuestras cosas chiquitas de todas las semanas desde La Calle, lo que nadie te dice. Me despido. Un abrazo fuerte a todos. Espero que Diosito me de fuerzas para estar otro año junto a todos Ustedes a quienes quiero muchoooo. Cuídense estos días. Hagan el amor como nos enseña Jesús. Sean solidarios con los más humildes y necesitados. Con las gracias de siempre por tenernos hoy en sus manos, porque así, con eso, podemos salir a la calle todos los días. Desde acá, con mi corazón con Ustedes, levanto mi copa por un Feliz 2018 para todos!!!!. Hasta la semana que viene. Piancho de la Calle.

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